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Cartografías: diversas visiones y necesidades

Entornos acuáticos y normatividad ambiental. De pesca, ríos y conservación ecológica en el Golfo de California: estudio comparativo entre los yaquis de Sonora y los cucapás de Baja California, México (1990-2018)

Gustavo Alfredo García Gutiérrez

La tesis aborda,[1] de manera comparativa, la territorialidad de dos grupos de pescadores indígenas del Golfo de California: los cucapás de Baja California y los yaquis de Sonora. En la práctica haliéutica de estos pescadores indígenas se conforman los “territorios acuáticos”, entendidos como la territorialidad ejercida por los pescadores en el río y el litoral, sobre los cuales reclaman derechos. Estos derechos se nutren de referentes culturales y posibilitan, en ese sentido, el acercamiento a la percepción del territorio -otro interés del trabajo- a partir de su concreción en reivindicaciones.

     Si bien para los pescadores los entornos acuáticos y terrestres son espacios diferenciados, con características específicas, también son concebidos como ámbitos interrelacionados y partes de un mismo territorio. La territorialidad indígena abreva de referentes diferenciados respecto de la sociedad mestiza. Y si sus dominios territoriales han sido mayormente constreñidos en la institucionalidad agraria, su contraparte acuática se ha enfrentado al “sesgo terrestre”, según el cual las únicas posibilidades fenoménicas de los territorios son las porciones continentales; el mar, y en menor medida los ríos, son concebidos como espacios poco susceptibles de apropiaciones dada la imposibilidad de establecer fronteras tangibles. Este sesgo hunde sus raíces en la tradición occidental de sociedades agrarias y sedentarias, pero tiene cierto umbral de compatibilidad con los pueblos mesoamericanos.

     En los grupos abordados, y otros pueblos/tribus de la llamada Aridoamérica, la apropiación del espacio tuvo derroteros distintos frente al contexto ambiental: el desierto. La movilidad constante, la trashumancia a lo largo de ciclos anuales y por los distintos nichos ecológicos disponibles ‒sierra, valle, costa‒ fue una estrategia para garantizar la sobrevivencia mediante la caza, la recolección, la pesca y la agricultura. El legado de esta forma de apropiación territorial, que suponía grandes espacios geográficos, fue y es un poderoso referente en sus respectivas reivindicaciones territoriales.

     Los distintos procesos de colonización fueron cercando y reduciendo estos espacios vitales frente a la consolidación de población no indígena. En lugar de sancionarterritorios, ya en el siglo XX, se instituyeron núcleos agrarios ‒ejidos, comunidades‒ acotando su acepción en virtud de su uso productivo (agropecuario). En la relación con el litoral, a finales del siglo XX, las políticas ambientales neoliberales fincadas en la relevancia ecológica del Golfo de California y los ordenamientos productivo-pesqueros, han supuesto cambios en la territorialidad y normatividad nativa, además de traducirse en grados diferenciados de intervención estatal. El resultado ha sido el surgimiento de escenarios atravesados por una constelación de legalidades (ambiental, pesquera, agraria, hídrica) donde se imbrican las normatividades

     El surgimiento de una narrativa ambiental ha incidido en medidas que han afectado los derechos territoriales de estos pueblos indígenas y sus pescadores. La práctica haliéutica indígena es agrupada en la categoría de pesca artesanal sin ningún distingo; si bien, efectivamente, tanto cucapás como yaquis son pescadores artesanales, este sector no es homogéneo, en términos de capitalización, artes de pesca, esfuerzos pesqueros e impactos ambientales. El rasero de la legalidad les impone el mismo tratamiento sin considerar los derechos que como pueblos indígenas son beneficiarios.

     Para completar el cuadro del escenario regional, a la par encontramos otros actores que se mueven en el eje de la legalidad/ilegalidad vinculados al trasiego de drogas y la pesca furtiva de especies protegidas: la totoaba cuyo buche (vejiga natatoria) alcanza un valor en los mercados negros de hasta cinco mil dólares estadunidenses. Actores que inciden en la territorialidad de cada grupo.

     Así pues, los mapas elaborados en el ProSIG-CSH por el geógrafo Ricardo Hernández, con información aportada por mi trabajo de campo (ver mapas adelante), me permitieron representar la relación entre distintos aspectos de la territorialidad de cada grupo de pescadores. Un primer eje fueron los núcleos agrarios, es decir, los espacios sobre los cuales los integrantes de los grupos indígenas abordados son titulares legales, desde la perspectiva estatal, y aquellos espacios fuera de esta titularidad sobre los cuales reivindican derechos; esto, para tratar de ilustrar algunos referentes culturales sobre el espacio. Aquí se entrecruzaron distintos aspectos y formas de representar/delimitar el espacio, pues en cada caso se imbricaban las territorializaciones normativas estatales/sectoriales (pesquera, ambiental, hídrica, marítima, política) y las indígenas (sistemas normativos, referentes culturales, territorios acuáticos).

     El uso de los mapas posibilitó un acercamiento a la representación cartográfica de aquellos espacios acuáticos
‒conformados por río y mar‒ sobre los que los pueblos indígenas involucrados, particularmente los pescadores, reclaman derechos. El fundamento fue el trabajo de campo realizado durante las distintas temporalidades de la dinámica pesquera de cada grupo, además de la información oficial disponible (agraria, ambiental). Entre los yaquis, dada su titularidad legal y la relativamente extensa franja litoral sobre la que tienen derechos, prácticamente todo el año es posible acercarse a su práctica haliéutica, salvo un par de meses debido de las vedas. La interpretación que de las concesiones del Estado mexicano -el decreto de exclusividad pesquera- hacen los actores fue otra fuente para la representación cartográfica. Concesiones que resultan de movilizaciones y coyunturas políticas e implican interpretaciones subjetivas sobre su alcance.

     Respecto al caso cucapá, la pesca representa una actividad menos disponible temporalmente, dado que tiene lugar en un lapso de entre ocho y diez semanas al año y es más susceptible a las territorializaciones ambientales y federales de corte marítimo e hídrico). En términos de representación cartográfica, el caso cucapá supuso un ejercicio más reflexivo, dado que la territorialidad de este grupo está más fragmentada por la legalidad estatal, lo cual supuso retos para intentar dar cuenta de la territorialidad cucapá. La competencia entre cucapás y actores pesqueros no indígenas y su lugar de origen, las localidades pesqueras no indígenas (el Golfo de Santa Clara y San Felipe), permitieron ubicar un referente espacial para ubicar la dinámica que tiene lugar en el Alto Golfo en relación con el territorio acuático y otros actores pesqueros regionales.

Así pues, en términos generales, la elaboración de los mapas me permitió hacer visibles un conjunto de relaciones sociales en el espacio, ejercicio en el cual la elaboración de pequeños ejercicios de cartografía colaborativa con cada grupo fue un insumo decisivo.

[1] García Gutiérrez, Gustavo Alfredo (2021), “Entornos acuáticos y normatividad ambiental. De pesca, ríos y conservación ecológica en el Golfo de California: estudio comparativo entre los yaquis de Sonora y los cucapás de Baja California, México (1990-2018)”, tesis de Doctorado en Antropología Social, presentada el día 26 de febrero de 2021 en reunión virtual desde la Ciudad de México, CIESAS, Ciudad de México.   

Mapas


(Metadatos) Trayectoria temporal y espacial de las investigaciones realizadas por los profesores investigadores del CIESAS (1973-2017)

El antecedente del ProSIG-CSH (Proyecto Especial de Sistemas de Información Geográfica) fue AntropoSIG. Su creación data de 2008 en la Unidad Ciudad de México del CIESAS. La creación del laboratorio de Sistemas de Información Geográfica fue con la finalidad de promover el uso de las herramientas de SIG y su aplicación en las investigaciones, tanto de alumnos como de investigadores, pero los servicios también se prestan al público interesado en aprender los softwares de Sistemas de Información Geográfica.

En la base de datos se lleva un registro de las investigaciones realizadas por los investigadores de todas las unidades del CIESAS, con la ubicación de cada proyecto, de manera que se puedan representar cartográficamente.

El proyecto estuvo a cargo de la doctora Patricia Torres Mejía, coordinadora del laboratorio de 2011 a 2020, los asistentes que participaron en la creación de la base y carga de datos, y en la elaboración de la cartografía fueron: Israel Hinojosa, Dulce Vences, Domingo España, Jacques Calfan, Azucena Manzo, Dalia Elena Guevara, Bulmaro Sánchez y Ricardo Hernández Vergara. 

Se realizaron varias series de mapas, algunas con la intención de mostrar los periodos históricos que abarcaron los proyectos, la más reciente fue de 2013. En el año 2018 se realizó la actualización de mapas con los proyectos realizados hasta el año 2017 por los investigadores del CIESAS, de acuerdo con la unidad de adscripción.

Hasta la fecha son 7 unidades del CIESAS distribuidas en 7 estados de México.

La base de datos se realizó en el programa Access con el apoyo del doctor Jacques Calfan, posteriormente se fue alimentando la base por los asistentes mencionados. Se realizó un manual para actualizar la base de datos.

Se presenta la serie de mapas realizada en 2018 y la presentación que se hizo con los periodos históricos abarcados por los proyectos entre 1973 y 2012.

Texto del licenciado Bulmaro Sánchez Sandoval, Técnico en Sistemas de Información Geográfica.

Para descargar la base de datos y los mapas te invitamos a registrarte y visitar las secciones exclusivas para usuarios registrados.

Informe de lo acontecido entre el 14 y 30 de mayo de 2020 sobre la pandemia de Covid-19 en México

Introducción


El primer caso de Covid-19 en México fue reportado oficialmente el 28 de febrero de 2020, veinticinco días después se declaró el inicio de la jornada nacional de sana distancia cuando en el país ya existían 367 casos y 4 fallecimientos. La jornada nacional de sana distancia concluyó el pasado 30 de mayo después de 69 días y al final de esta, el saldo de casos confirmados ascendió a 87,512 y 9,779 defunciones.

En términos rurales y principalmente en zonas indígenas se sabe relativamente poco, aun a pesar de que organismos internacionales consideran que las poblaciones indígenas son muy vulnerables.

En relación a los municipios indígenas, el panorama al final de la jornada nacional de sana distancia fue de 1,867 casos confirmados y 237 defunciones, lo que representó el 2.1 y 2.4% del total de los casos respectivamente.

Cabe mencionar que, para esta publicación, los datos de la Secretaría de Salud Federal fueron procesados en un Sistema de Información Geográfica, en el cuál se calcularon las tasas de incidencia para el periodo comprendido entre el 14 al 30 de mayo de 2020.

La tasa de incidencia es la cantidad de personas contagiadas por una enfermedad entre el número total de habitantes de una entidad político-administrativa (país, estado, municipio). Con el fin de realizar comparaciones entre las distintas entidades de México debe estandarizarse esta medida sobre una base poblacional, comúnmente por cada 100 mil habitantes. Se utiliza esta base para tener un punto de comparación con las estadísticas a nivel estatal que proporciona la autoridad de salud federal. La tasa de incidencia es un parámetro que permite medir cuantitativamente el aumento, estabilización y descenso de los casos ocurridos durante una emergencia sanitaria, por tal razón, es la medida que se utiliza en esta publicación para determinar la situación de los municipios indígenas en las dos últimas semanas de la jornada nacional de sana distancia.

Municipios indígenas

De acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), en el país existen 623 municipios tipificados como indígenas. El 58% de ellos se concentran en la denominada región Pacífico sur conformada por los estados de Oaxaca, Chiapas y Guerrero; el 16% se ubican en los estados de la Península de Yucatán (Yucatán, Campeche y Quintana Roo), en los estados del norte se concentra solo el 3.5% y el 22.5% en el resto del país, principalmente en los estados de Puebla y Veracruz (Mapa 1).
El mapa de cambio en las tasas de incidencia por Covid-19 muestra a los diferentes municipios indígenas según el grado de cambio (aumento o descenso de casos confirmados acumulados por Covid-19) que han experimentado en las dos últimas semanas de la jornada de sana distancia. Para tener las cifras comparativas, se agruparon los datos del 14 al 30 de mayo por semana. Se clasifican en Fuerte, Moderado y ligero; además se agrega la categoría Sin cambios y Libres de Covid-19. A continuación se describe cada categoría.



Mapa 1. Municipios indígenas de México según el INPI (2016).


Libres de COVID-19: Municipios que no han tenido casos de COVID-19.
Ligero descenso: Municipios que experimentaron un descenso menor o igual al 33.3% en la tasa de incidencia entre la tercera y cuarta semana.
Moderado descenso: Municipios que experimentaron un descenso entre el 33.4 y 66.6% en la tasa de incidencia entre la tercera y cuarta semana.
Fuerte descenso: Municipios que experimentaron un descenso mayor o igual al 66.7% en la tasa de incidencia entre la tercera y cuarta semana.
Sin cambios: Municipios que mantuvieron el mismo valor en la tasa de incidencia entre la tercera y cuarta semana.
Ligero aumento: Municipios que experimentaron un aumento menor o igual al 33.4% en la tasa de incidencia entre la tercera y cuarta semana.
Moderado aumento: Municipios que experimentaron un aumento entre el 33.7 y 66.6% en la tasa de incidencia entre la tercera y cuarta semana.
Fuerte aumento: Municipios que experimentaron un aumento mayor o igual al 66.7% en la tasa de incidencia entre la tercera y cuarta semana.

Distribución geográfica

De acuerdo con la clasificación anterior, para el periodo de análisis se obtuvo que, de los 623 municipios indígenas, poco más de la mitad de ellos se encuentra libre de casos de COVID-19, una cuarta parte no presentó cambios en la tasa de incidencia, mientras que poco más del 10% presentó un aumento y tan solo el 5% mostró una tendencia a la baja (Tabla 1).


Tabla 1. Resumen de cambios en la tasa de incidencia en municipios indígenas.

Para identificar geográficamente los cambios en las tasas de incidencia se hará referencia al Mapa 2.

Mapa 2. Cambio en la tasa de incidencia por COVID-19 en municipios indígenas


Municipios libres de COVID-19


En este rubro destacan el estado de Oaxaca que ha mantenido al 79% de sus municipios indígenas sin casos de enfermedad, le siguen Veracruz (65%), Chihuahua (60%), Puebla (53%) y Jalisco y Nayarit con el 50%.

Municipios con ligero descenso

En esta categoría, solo 7 municipios han expresado un ligero descenso en la tasa de incidencia, dos de ellos en Yucatán (Kanasín, Valladolid), y los restantes cinco en Veracruz (Papantla), San Luis Potosí (Tamazunchale), Quintana Roo (Tulum), Guerrero (Tlapa de Comonfort) y Chiapas (San Cristóbal de las Casas).

Municipios con Moderado descenso

Esta categoría es la que muestra un número menor de municipios con solo dos, uno de ellos en Campeche (Hecelchakán) y otro en Yucatán (Umán).

Municipios con fuerte descenso

Dentro de los municipios que han manifestado tener un descenso en las tasas de incidencia, esta es la categoría con mayor número de municipios, engloba 22. En este rubro, el estado de Durango presenta un fuerte descenso en e su único municipio indígena. En cuanto al número de municipios destacan Yucatán (Acanceh, Chemax, Tinum, Tizimín) y Puebla (Ajalpan, Altepexi, Zacapoaxtla, Zinacatepec) con 4, así como Hidalgo (Ixmiquilpan, San Salvador, Santiago de Anaya) y San Luis Potosí (Axtla de Terrazas, Santa Catarina, Xilitla) con 3.

Municipios sin cambios

Después de los municipios Libres de COVID-19, destacan por su número aquellos que no presentan una variación en la tasa de incidencia, es decir, se mantienen constantes durante las últimas dos semanas de la jornada de sana distancia. El estado de Yucatán mantiene el mayor número de municipios con 47 (52%) ubicados en la periferia de la zona metropolitana de Mérida y en la porción centro-este del estado, Oaxaca con 40 (14%) destacando los municipios que se encuentran al noreste de la zona metropolitana de Tehuantepec, la zona de la Mixteca, el norte y oeste de la zona Mixe, así como la porción más septentrional del estado; Puebla con 16 (28%) localizados en la porción sureste del estado y en la Sierra norte; y Veracruz con 15 (33%), principalmente al suroeste de la zona metropolitana de Poza Rica, al sur de las zonas metropolitanas de Córdoba y Orizaba y al oeste de la zona metropolitana de Coatzacoalcos.

Municipios con ligero aumento

El estado de San Luis Potosí presenta en tres de sus 14 municipios con ligero aumento en la tasa de incidencia, localizados principalmente en la región de la Huasteca. Seguido de Chiapas con 2 de sus 45 municipios indígenas en la porción norte de la Selva Lacandona.

Municipios con moderado aumento

En este rubro solo 7 municipios de cinco estados presentaron esta condición, de los cuáles: Chiapas (Simojovel), Guerrero (Ayutla de los Libres), Hidalgo (Huejutla de Reyes), Oaxaca (Santos Reyes Nopala) y Yucatán (Halachó, Samahil y Temozón).

Municipios con fuerte aumento

Los municipios con un fuerte aumento en la tasa de incidencia son un total de 64 y se concentran en los estados de Oaxaca (18) en la región Chinanteca y algunos municipios dispersos en la Mixteca, Sierra de Juárez y Costa sur del estado; y Yucatán (15) en la zona sur y poniente del estado, así como algunos municipio de la porción centro-este de la entidad. En esta categoría destaca el estado de Quintana Roo en donde el 60% de sus municipios indígenas presentan un fuerte aumento en sus tasas de incidencia (Lázaro Cárdenas, José María Morelos y Bacalar).

Conclusiones

El cambio en la tasa de incidencia de los estados con municipios indígenas permite tener un panorama de la evolución de la pandemia hacia el final de la jornada nacional de sana distancia. A continuación, se presenta una evaluación por estado.

Campeche: el estado presenta una tendencia hacia el descenso en la tasa de incidencia del 60% de sus municipios indígenas.
Chiapas: se caracteriza por tener cerca del 50% de sus municipios indígenas libres de COVID-19 y cerca de un 25% de sus municipios con aumento en las tasas de incidencia.
Chihuahua: el 60% de sus municipios están libres de COVID-19, mientras que el resto de ellos presenta un descenso en las tasas de incidencia o bien, no presentaron cambios.
Durango: el único municipio indígena que tiene el estado presenta una tendencia descendente en su tasa de incidencia.
Guerrero: cerca de la mitad de los municipios indígenas del estado están libres de COVID-19, mientras que la otra mitad no presenta cambios en las tasas de incidencia y cerca de un 20% presenta un aumento en la misma tasa.
Hidalgo: el estado presenta un equilibrio entre el porcentaje de los municipios indígenas que están libres de COVID-19 (30%), aquellos lo que no presentan cambios (35%) y un aumento (22%), la proporción de los que se mantienen a la baja es de solo el (13%).
Jalisco: la mitad de los municipios indígenas del estado están libres de COVID-19, mientras que la otra mitad no presenta cambios en la tasa de incidencia.
México: un caso particular en donde uno de sus municipios tiene una tendencia a la baja y el otro al aumento.
Michoacán: una tercera parte de los municipios indígenas del estado están libres de COVID-19, otra tercera parte se mantiene sin cambios.
Nayarit: la mitad de los municipios indígenas del estado están libres de COVID-19, mientras que la otra mitad no presenta cambios en la tasa de incidencia.
Oaxaca: es el estado que tiene el mayor porcentaje de municipio indígenas libres de COVID-19 (79%), el 13% no presenta cambios en la tasa de incidencia y el 6.5% presenta una tendencia al aumento.
Puebla: poco más de la mitad de los municipios indígenas del estado están libres de COVID-19, mientras que el 28% no presenta cambios en la tasa de incidencia; 12% se mantienen en aumento mientras que 7% lo hacen a la baja.
Querétaro: el único municipio indígena del estado se mantiene sin cambios en la tasa de incidencia.
Quintana Roo: el estado se destaca en que el 80% de los municipios indígenas del estado presentan una tendencia fuertemente ascendente en la tasa de incidencia.
San Luis Potosí: presenta un equilibrio relativo entre los municipios que mantienen una tendencia descendente (28%), sin cambios (36%) y una tendencia al aumento (36%).
Veracruz: el 65% de los municipios indígenas del estado están libres de COVID-19, mientras que el 33% no presenta cambios en la tasa de incidencia.
Yucatán: poco más de la mitad de sus municipios indígenas (52%) no presenta cambios en la tasa de incidencia 21% presenta una tendencia ascendente y solo el 18% de sus municipios indígenas están libres de COVID-19.

En un balance general y basado en las estadísticas, se puede decir en los municipios indígenas de México poco más de la mitad (58%) están libres de COVID-19, mientras que el 13% de ellos presenta un fuerte aumento en sus tasas de incidencia y solo el 5% lo hace en forma descendente.
Haciendo énfasis en aquellos municipios que presentan un aumento en las tasas de incidencia, resulta pertinente destacar que son municipios que se encuentra dentro del área de influencia y tienen cercanía geográfica con algún centro de población de importancia estatal, regional o nacional, lo cual reivindica que el fenómeno de la pandemia sigue focalizándose en el ambiente urbano y se dispersa poco a poco a las zonas rurales cercanas. En la medida en que la pandemia pueda contenerse en los grandes centros de población y se controle el flujo de bienes, personas y servicios hacia las zonas rurales, estas podrán recuperarse de los efectos causados por COVID-19.

Fuentes: